9 de mayo de 1860. «Nacimiento del Dr. JoaquÃn MarÃa Albarrán y DomÃnguez»
9 de mayo de 1860. «Nacimiento del Dr. JoaquÃn M. Albarrán y DomÃnguez»
El Dr. JoaquÃn MarÃa Albarrán y DomÃnguez (9 de mayo de 1860 – 17 de junio de 1912), fue un urólogo cubano, nacido en Sagua La Grande. Estudió la carrera de medicina en Barcelona, consiguiendo su tÃtulo en 1877. Posteriormente realizó su doctorado en Madrid. En 1878 viajó a ParÃs, donde trabajó y estudió bajo las órdenes renombrados médicos. En los inicios de su carrera Albarrán se dedicó a los campos de la microbiologÃa y la anatomÃa patológica, pero más tarde prefirió la urologÃa donde realizó importantes contribuciones.
Fue el primer cirujano en Francia que realizó la prostatectmÃa perineal para el tratamiento del cáncer prostático. Está reconocido como el inventor de un instrumento conocido como uña de Albarrán y con ello hizo que la cateterización ureteral fuera una práctica urológica más fácil. En el escenario clÃnico fue el primero en proyectar la nefrostomÃa y observó que en la anuria secundaria a los cálculos renales, el drenaje mediante nefrostomÃa era esencial antes del tratamiento definitivo del cálculo.
Ganó tres veces el Premio Goddard -de la Academia Francesa de Medicina- y el premio Tremblay. En 1908 dirigió el «Primer Congreso Internacional de UrologÃa».
Este excepcional clÃnico, urólogo, histólogo y bacteriólogo, falleció en ParÃs el 17 de enero de 1912 a los 52 años de edad como consecuencia de una tuberculosis. Irónicamente, la enfermedad fue adquirida a través de una herida sufrida por un escalpelo contaminado que se empleó en la disección renal de un enfermo joven que padecÃa de una tuberculosis renal. En el año de su muerte habÃa sido nominado para el «Premio Nobel de Medicina».
El hecho de permanecer casi toda su vida en el exterior no lo desligó de Cuba. El 9 de septiembre de 1890, en banquete que le ofrecieron sus colegas en la patria, levantó su copa para decir:
«Brindo, señores, porque se le den a Cuba los elementos que le faltan para su completo desarrollo cientÃfico y por el porvenir de la ciencia, que tendrá consigo el porvenir moral y material de la tierra en que nacimos».
Por aquellas fechas, en 1890, el semanario «El FÃgaro» reconocÃa las palabras del ilustre médico que para acceder a tan elevados cargos debió adoptar la ciudadanÃa francesa:
«Si los azares de la vida me han hecho adoptar por patria a la gran nación francesa, nunca olvido que soy cubano y siempre tenderán mis esfuerzos a hacerme digno de la patria en que nacû.
Existe además constancia de que colaboró con numerosas entregas de efectivo para la causa de la independencia a través de los comités patrióticos de cubanos residentes en Francia
Enlaces de interés: JoaquÃn Albarrán, gloria de la Medicina | JoaquÃn Albarrán DomÃnguez. Orgullo de la medicina universal | JoaquÃn MarÃa Albarrán DomÃnguez. Aportes a la morfologÃa cervicofacial normal y patológica
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