El diagnóstico, la decisión del tratamiento y de la intervención quirúrgica de las enfermedades de adenoides y amígdalas constituyen uno de los problemas más comunes a los que se enfrentan los pediatras. Los especialistas Dres. Ramón Marzo Matos y Ana Isis Rodríguez Rodríguez nos ofrecen los criterios al respecto después de revisar las indicaciones más actuales de estas intervenciones y exponen criterios que ayudan a sentar bases comunes para pediatras y médicos de atención primaria.
La percepción de un sonido continuo que no es generado externamente se denomina tinnitus, síntoma que en Pediatría a veces es pasado por alto. Su etiología es variada, puede aparecer muchas veces hasta en el curso de una otitis media. Cuando el síntoma persiste, su manejo adecuado puede evitar consecuencias adversas sobre la salud infantil. Los Dres. A. Shetye y V. Kennedy, del Reino Unido, ofrecen sus consideraciones, este mes en ADC, sobre el diagnóstico y manejo de este síntoma no tan infrecuente en la edad pediátrica.
Respuesta:En la historia de la Neonatología la clasificación de las alteraciones vasculares que se observan en la piel ha sido algo muy problemático. La clasificación más aceptada se introdujo hace algo más de 20 años y se ha modificado solo ligeramente. Esta divide las marcas vasculares al nacimiento en dos amplias categorías: tumores y malformaciones vasculares. Los primeros son los más frecuentes, ahí están lo hemangiomas del recién nacido. El hemangioma es una lesión benigna proliferante compuesta de vasos sanguíneos. Tiene una evolución característica. Suelen observarse en las primeras semanas de vida, sufren rápida proliferación en meses y a continuación involucionan lentamente durante varios años. Concluida la regresión espontánea puede quedar una masa residual o cambios en la textura de la piel a ese nivel.
El diagnóstico es clínico. Histologicamente existe un incremento del recambio endotelial. Los hemangiomas son pues, tumores vasculares comunes que surgen durante el período neonatal. Son más frecuentes en el sexo femenino y en prematuros y en neonatos de madres que se sometieron a biopsia de la vellosidades coriónicas para diagnóstico prenatal.
En la literatura Médica más antigua los hemangiomas superficiales se han denominado marcas de fresa al nacimiento por su color y la textura de la piel. Cuando se visualizaban en la nuca se les denominó como “Picotazo de la cigüeña” y si era a nivel de la frente como “Beso del ángel”.
Los hemangiomas profundos se han denominado hemangiomas cavernosos. Pero esta última denominación resulta confusa porque también se ha utilizado para describir malformaciones venosas. Es por tanto mejor utilizar los términos hemangiomas superficiales, profundos o mixtos para la descripción de un tipo particular de hemangioma.
Cuando existen múltiples hemangiomas cutáneos puede haber también hemangiomas internos subyacentes. Es posible que algunos niños tengan hemangiomas internos sin lesiones en la piel.
Los hemangiomas pequeños o grandes pueden complicarse con ulceración e infección secundaria. Otras complicaciones de los hemangiomas grandes son las deformaciones de las estructuras subyacentes normales.
La estrategia terapéutica estará en función de las características clínicas.
2004-11-20
Fernando Domínguez Dieppa
Miembro del Claustro Docente de la UVS