Terapia con delfines entrenados mejora la vida de niños discapacitados en Cuba
Javier González, un niño de 10 años que apenas ve y oye a causa de una parálisis cerebral, acude cada semana a jugar con los delfines entrenados Xinana y Coral, ejes de una terapia que ha mejorado su calidad de vida. El mágico canto de Xinana y Coral —dos hembras de más de dos metros— recibe a los niños en el estanque del Acuario Nacional de Cuba, abriendo una sesión en la que los menores tocan, besan, lanzan pelotas y dan de comer a los delfines.
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