Pediatria

8 noviembre 2010

Dr. Enrique Antonio González Corona

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Síntesis biográfica del profesor Dr. Enrique Antonio González Corona

Autor: Lic. Enrique Vital Alfaro.

Dr. Enrique A. González CoronaNace el 3 de mayo del 1933 en la ciudad de Santiago de Cuba en el seno de una familia de la clase media, su padre médico el Dr. Pedro Manuel González Guillart, su madre ama de casa, la señora Engracia Noelia Corona Rodríguez. Fue el segundo de tres hermanos,  Pedro el primero médico también destacado hematólogo y Jorge el último, economista y profesor universitario.

Los primeros grados de la  primaria, los realizó en la escuela pública no.2; continuó los estudios en el colegio privado ” Juan Bautista Sagarra” donde ingresó en el 2do  grado, hasta la preparatoria que terminó con el mejor expediente del colegio,  recibiendo la medalla “Don José Maria Buch”,  aquí también hizo el 1re. y 2do. Año del bachillerato y  a partir del 3er. año en el  Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba hasta graduarse de bachiller en Ciencias a los 18 años con notas sobresalientes  en 25 asignaturas de 34. Después de graduarse, en septiembre del 1951, se traslada a la Universidad de la Habana  a estudiar medicina, carrera que realizó durante 9 años con el tercer lugar en su graduación.

En el año 1955 se incrementan las luchas obreras y estudiantiles y se fortalece el movimiento nacional por la liberación de los presos atacantes del Cuartel Moncada  que obligó al dictador a dejarlos en libertad. En estas condiciones se cierra la Universidad y Enrique interrumpe sus estudios de medicina y regresa a Santiago de Cuba, donde no pierde tiempo e inicia la práctica médica en el hospital  ” Saturnino Lora”.

De regreso a Santiago, se encuentra con una ciudad en efervescencia revolucionaria, cuando lo llaman, por gestión de un primo, para decirle  que en la Escuela “Dolores” faltaban maestros, no lo pensó mucho e inmediatamente dio su disposición para impartir las asignaturas de Anatomía y Fisiología a alumnos del Bachillerato de ese colegio privado. Su madre era muy religiosa y le trasmitía a su hijo  su bondad y humanismo; el padre, médico pediatra, profesaba el catolicismo, más por  mantener su plaza  en el servicio de Pediatría en la clínica “Los Ángeles” que por sus sentimientos religiosos, pero siempre le trasmitió el amor al trabajo que realizaba y mucha responsabilidad ante el paciente.

Fue de la juventud católica, realizó  seminarios en el Convento de la Iglesia del   Cobre, destacándose por su disciplina e inteligencia. En el año 1957 regresa a la Habana para continuar sus estudios, vivió en una casa de huéspedes que le pagaba su padre, en el último año de su carrera por los resultados académicos que tenía, se gana la plaza de alumno interno en el Hospital Universitario “General Calixto García” donde estuvo hasta mayo del 1960 en que se gradúa.

Regresa a la ciudad de Santiago de Cuba, siendo el tercero de su graduación con notas de sobresaliente en 28 asignaturas 5 notables y 8 premios  con un índice general de 4,84 (más ó menos según las calificaciones actuales). En ese mismo año y durante los primeros de la década del 60 hubo en Cuba un gran éxodo de profesionales del país hacia EE.UU., pero fundamentalmente de médicos. Enrique González Corona,  que no se queda en la Capital, aunque lo podía hacer, por haberse ganado la Residencia en el Hospital “Calixto García” y por ser el 3er expediente de su curso, regresa a Santiago de Cuba y va a realizar su Servicio Social Rural en Chivírico un rincón olvidado de la antigua provincia de Oriente, con una alta mortalidad infantil y un abandono sanitario casi completo, pero que ya la Revolución había  empezado a atender.

Allí dio los primeros pasos como médico en una casita (germen de lo que luego sería el Hospital de Chivirico) donde solo se realizaba consultas y visitas a pacientes de la localidad. Junto a su compañero, el Dr. Martínez Maceiras, dividen la casita y habilitaron 3 camas  para realizar ingresos y hacer partos.
En febrero del 1961  regresa a la ciudad de Santiago de Cuba y empieza a trabajar como médico interno en el hospital infantil (ONDI), hoy Infantil Norte. Al mismo tiempo trabajaba también, como médico interno en el Hospital Oncológico y compartía con el padre su consulta privada hasta que renuncian a ella.

En 1961 ocupa la responsabilidad  de Subdirector y luego Director  del Hospital Infantil  donde trabajaba; desde este cargo responde a todos los llamados revolucionarios  y defendía a la Revolución en un área muy sensible e importante, la salud del pueblo, en especial de los niños, Fue de los primeros protagonistas del inicio en Santiago de Cuba, del Programa Nacional de lucha contra  la Gastroenteritis que era la primera causa de la mortalidad infantil en esos momentos.

En 1962 se hace un llamado a los médicos santiagueros,  para crear la primera Escuela de Medicina fuera de la Capital; muchos dudaron  de la posibilidad de ese proyecto pero, Enrique, sí creyó en él y cuando se inaugura el 10 de febrero,  allí estaba entre los tres primeros médicos santiagueros que inician la docencia médica en Santiago de Cuba, junto a sus compañeros el Dr. Valón y el Dr. Araujo. Imparte la asignatura de Bioquímica, guiado por el Dr., Alberto Granado Jefe de la Cátedra.

En 1963 se crea el Servicio de Gastroenteritis con 3 salas de 40 camas cada una y él asume la Jefatura de dos de ellas siendo además director del Hospital.
Su trabajo en este Servicio lo mantuvo hasta el 1970 en que es trasladado al Hospital Infantil Sur (antigua Colonia Española) como Subdirector Docente Facultativo y Jefe de los Servicios de Gastroenteritis con 120 camas.

En 1965 se inicia la docencia en el área clínica y con un grupo de compañeros que llegan de la ciudad de la Habana,  el Dr. González Corona imparte lo que sería su gran amor durante toda su vida de docente, que aún mantiene, la Pediatría.

En el año 1972 participa representando a Cuba en el  curso para profesores de Pediatría financiado por la  0MS-UNICEF en el Instituto de Salud del niño en la Universidad de Londres Inglaterra ,este curso se desarrolla por 11 meses, en Inglaterra, Kenya y la India.

En julio del 1977, se inician los policlínicos comunitarios,  otra gran obra de la Revolución para llevar la salud a todo el pueblo y a todos los rincones del país y allí estaba el profesor González Corona para también ser fundador de esta importante actividad  siendo el primer  director del policlínico comunitario 2José  Martí”. Allí permanece hasta el año  1979, donde pasa  a  ocupar la responsabilidad de Vice-Rector de Investigaciones y Educación de Postgrado del ISCM de Santiago de Cuba por solicitud de la institución, ya que este frente requería desarrollo y organización.

Ocupa ese cargo hasta 1990 donde acepta la propuesta de liberación para irse a cumplir misión internacionalista en Guyana, responsabilizándose con la brigada docente cubana y la docencia de Pediatría en la facultad de ciencias médicas de la universidad de Georgetown. Al regresar vuelve al Hospital lnfantil Sur como profesor titular y jefe del grupo básico de trabajo docente del servicio de enfermedades diarreicas agudas hasta 1996, en que parte como colaborador médico a Sudáfrica, donde permanece hasta el año 1999.

Actualmente en el año 2009, con 75 años de edad y 48 años de graduado  de médico, con 46 años de profesor de Medicina y 42 años como Miembro Titular de la Sociedad Cubana de Pediatría,  es Presidente del Capítulo de Santiago de Cuba y Vicepresidente  de la Junta de Gobierno de la Sociedad.

Es también profesor  titular, consultante y de Mérito del  lSCM de Santiago  de Cuba, alcanzó los grados científicos de doctor en Ciencias Médicas y de Master en Atención  Integral del Niño y el 2do. Grado de especialista en Pediatría

Pueden resumirse así algunos de los reconocimientos académicos,  científicos y profesionales recibidos

• Fundador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente.
• Fundador del Servicio Médico Social Rural
• Fundador del Hospital infantil Docente Sur de Santiago de Cuba.
• Premio Anual Provincial de la Salud, Santiago de Cuba  en dos categorías 1993 (Investigación aplicada y Personalidad Científica Destacada)
• Premio  Anual  Provincial de la Salud  Santiago de Cuba 1994 en la categoría Personalidad Científica Destacada.
• Medalla  Distinción  por la Educación  Cubana.
• Medalla Manuel Fajardo.
• Trabajador Vanguardia Nacional de la Salud 1993 y 1994.
• Medalla  30, 40 y 45 Aniversario del lSCM-SSC.
• Medalla 28 de Septiembre.
• Medalla Trabajador internacionalista 1991.
• Medalla José Tey.
• Medalla y orden Carlos J. Finlay.
• Profesor de Mérito lSCM-SSC.

Tiene 15 publicaciones científicas, ha presentado trabajos en más de 34 eventos Nacionales e Internacionales y ha realizados más de 24 investigaciones. Ostenta, además,  la condición de militante del PCC desde 1969, Miembro de la CTC desde 1960, fundador de los CDR, fundador de las MNR, capitán de la reserva y desde 1992 miembro de la ACRC.

Este célebre pediatra cubano recibió el título de Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Pediatría en el XXVI Congreso Nacional de la especialidad, celebrado en Ciudad de La Habana en noviembre de 2008. Su vida constituye un ejemplo digno de imitar por las actuales y futuras generaciones de pediatras de nuestra Patria.

Dr. Enrique Lázaro Meizoso Morales

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Síntesis biográfica del Dr. Enrique Lázaro Meizoso Morales

Dr. Enrique L. Meizoso MoralesLa vida del pediatra Enrique Lázaro Meizoso Morales (1938-2008) puede resumirse como una obsesión perenne de dedicar su  esfuerzo hasta el límite del agotamiento, al ejercicio de su vocación por la  práctica médica. Su éxito como clínico, su abanico de habilidades, su excelencia como profesor, su dedicación al estudio, su relación estrecha con enfermeras, técnicos, personal de la salud en general y sobre todo, su preocupación por sus pacientes  y atención a la comunidad donde se desenvolvía, respondía a  un estilo de vida y de trabajo que realizaba con tanta naturalidad que talmente parecía  producto de una normal y diaria actividad profesional.

Fue la prematura enfermedad del padre la que le reforzó su vocación, y su convivencia con los guajiros de las serranías orientales, asombrados todavía en enero de 1967 con las oportunidades de una vida plena que se les ofrecía como por  magia, la que lo llevó a escoger a la Pediatría como su especialidad  de por vida.

Desde un inicio colaboró con el programa denominado entonces “de Reducción de la Mortalidad Infantil” en las provincias de Holguín, Ciego de Ávila y en el nivel central, desempeñando ininterrumpidamente esta responsabilidad hasta 1995, en que su estado de salud no le permitió continuar con la misma.

Fue un enamorado de la atención primaria, que apreciaba en su justa y enorme dimensión, aunque desde sus responsabilidades dedicó el mayor empeño en desarrollar las especialidades pediátricas, pero no escatimó esfuerzos en programas televisivos  y actividades educativas en las escuelas.

Desempeñó tareas administrativas de dirección, asesoramiento, docente-asistenciales y  de la defensa de la Patria y representó a Cuba en eventos nacionales e internacionales. Fue autor o colaborador de publicaciones y asesor y tutor de diversos trabajos científicos y tesis de grado.

Fundador de la Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales” de la provincia Holguín, perteneció a las Sociedades Científicas Cubanas de Pediatría, Enfermería y Administración de Salud.

Fue Profesor Titular y Consultante de Pediatría de la Facultad de Ciencias Médicas “Dr. José Assef Yara”, Hijo Ilustre de la Provincia de Ciego de Ávila y Joya de la Pedagogía Avileña.

Nació en la ciudad de Morón el 30 de septiembre de 1938 y falleció en Ciego de Ávila, el 11 de enero de 2008, a los 69 años de edad. En el año de su fallecimiento se le otorgó postmortem el título de Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Pediatría.

Dr. Enzo Dueñas Gómez

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Síntesis biográfica del Profesor Dr. Enzo Dueñas Gómez

Dr. Enzo Dueñas y su esposa Fecha de nacimiento: 6 de agosto de 1929
Lugar: Palmira, actual provincia de Cienfuegos.

Inicia los estudios de Medicina en la década del 50, los que tiene que interrumpir por el cierre de la Universidad de La Habana decretado por la dictadura de Fulgencio Batista. Se incorporó desde entonces a la lucha estudiantil en las filas del Directorio Revolucionario. Más tarde lo hizo también dentro del Movimiento 26 de Julio. Al regresar de la lucha armada en la Sierra Maestra retomó sus estudios de Medicina y se gradúa un poco después del triunfo revolucionario. Se hace especialista en Pediatría en 1960, con plena dedicación a la Neonatología desde 1961.

Trabajó en misiones internacionalistas como pediatra y neonatólogo en Argelia y Nicaragua. Recibió cursos internacionales de postgrado en Francia, Alemania, Canadá y la Unión Soviética. Se le otorgó el Doctorado en Ciencias Médicas y fue nombrado en 1977 profesor titular, y posteriormente en 1997, profesor consultante de Pediatría y Neonatología de la Universidad Médica de La Habana.

Desde finales de los años sesenta lleva lo mejor de la experiencia en Pediatría de Cuba al mundo y al mismo tiempo abrió las puertas de Cuba para recibir lo mejor de la Pediatría de todo el mundo. Ha sido uno de los principales artífices del programa de reducción de la mortalidad infantil (1970). Participó en el diseño y dirección de la Investigación Perinatal Cuba 1973, que permitió identificar las verdaderas causas de mortalidad fetal y neonatal del país entonces.

Fue jefe del grupo nacional de Pediatría del MINSAP durante 25 años (1972-1997) desde donde dirige y coordina la aplicación de diversos programas para la reducción de la mortalidad infantil en diversas afecciones como las afecciones perinatales, la enfermedad diarreica aguda y las infecciones respiratorias agudas, así como para el diagnóstico y manejo de diversas enfermedades crónicas de la infancia. Además coordinó el programa nacional para el desarrollo de la Neonatología en Cuba desde mediados de la década del setenta.

Crea el curso de postgrado en Neonatología para enfermeras técnicas y posteriormente para las de nivel universitario. Forma parte del colectivo de profesores que diseña el programa de la residencia de Neonatología como especialidad independiente en los años ochenta. Organiza el plan nacional para el desarrollo de 40 unidades de cuidados intensivos neonatales en Cuba, en esa misma época.

Presidió el comité organizador del Congreso Latinoamericano de Pediatría, celebrado en el Palacio de Convenciones de La Habana en 1984. Asumió la presidencia de la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE) en 1987 en el Congreso de ALAPE en Caracas, Venezuela. Formó parte del Comité Permanente de la Asociación Internacional de Pediatría en representación de América Latina (1987-1992). Fue nombrado experto asesor de Neonatología de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajó como consultor para el desarrollo de programas de atención perinatal en diversos países de América, Asia y África.

Ha realizado decenas de publicaciones de temas neonatales en textos y de investigaciones en revistas nacionales y del extranjero. Ha asesorado decenas de tesis de terminación de la residencia en Pediatría y Neonatología.

Desde el año 2005 es Presidente de Honor de la Sociedad Cubana de Pediatría, de la que fue su presidente en dos periodos de cinco años. Es Miembro de Honor de casi todas las sociedades  de Pediatría de Iberoamérica. Fue nombrado Profesor visitante y honorario de diversas Universidades Médicas de América Latina.

Ostenta la categoría de miembro fundador del Partido Comunista de Cuba y siempre ha mantenido una actitud revolucionaria, regida por sólidos principios de lealtad a Fidel, a su partido y a la Patria.

Puede resumirse su fructífera vida como la de un verdadero revolucionario, profesor de Pediatría y Neonatología que se ha destacado en la asistencia, la enseñanza y la investigación. Un verdadero Maestro de la Neonatología en Iberoamérica, que por la obra de toda su vida fue nombrado Miembro de Honor de la Sociedad Iberoamericana de Neonatología (SIBEN) en su V Congreso celebrado en septiembre de 2008 en la Ciudad de Mar del Plata, Argentina. Allí  fue ovacionado en la sesión plenaria inaugural por los casi 1500 delegados que, procedentes de 26 países, asistieron al más importante evento de esa especialidad en nuestro continente.

Dra. Martha Longchong Ramos

Filed under: Pediatras célebres — Violeta Ramos García @ 17:58

Memorias de la Dra. Martha Longchong Ramos

Dra. Martha LongchongFecha y lugar de nacimiento: 18 de mayo del 1928, en Tiguabos, pueblo rural de la actual provincia de Guantánamo.
Mi madre: Elvira Ramos, de Mayarí (Antigua Provincia de Oriente), ama de casa
Mi padre: José Longchong, comerciante procedente de Cantón, China.

Me casé en el año 1960 con mi compañero de la Escuela de Medicina,  Dr. Arturo Wong (ortopédico, ya fallecido) y tuvimos 2 hijos: Arturo y Carlos, ambos médicos, uno ortopédico en Misión en Venezuela en el 2008.

Lugares de mi enseñanza:

Primaria: Centrales Borjita y Almeida (Guantánamo). Después en Santiago de Cuba
Secundaria: En Camagüey
Bachillerato: En Camaguey y en La Habana. Fecha de graduación: 1950.
Universidad de La Habana: Fecha de graduación: Diciembre/1959.

Centros donde desarrollé mi carrera:

1. 1960: Medicina Rural (En Dos Palmas, El Cobre).
2. 1960-1974: Hospital Pediátrico Universitario “William Soler” y en el Instituto de Hematología.
3. 1974-1989: Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR)
4. 1989-2008: Hospital Pediátrico Universitario “Juan Manuel Márquez”

5. Mi vida profesional:

Durante 6 meses integré el primer contingente de médicos que trabajó en las zonas rurales de nuestro país, desde el mes de enero hasta julio del año 1960, con muy escasos recursos materiales. Fue una experiencia inolvidable conocer la realidad en que vivían familias numerosas, de niños con sus padres, desnutridas, poli parasitadas, prácticamente sin vivienda, ni ropa y todos desocupados e iletrados. A mi regreso comencé a trabajar como Medico Interno en el Hospital Pediátrico “William Soler” y poco después como Residente.

1964: Nombrada Instructora de la Asignatura de Pediatría por la Escuela de Medicina para realizar las actividades correspondientes en el Hospital “William Soler”.

1967: La Dirección del Hospital “William Soler me designó para la tarea de ocuparme de la atención de los niños con cáncer que ingresaban procedentes de todas partes del país, la cual la desarrollé en el Servicio de Hematología, bajo las orientaciones de los profesores Ernesto de la Torre (pediatra hematólogo) y del profesor Guillermo Hernández Amador (cirujano pediatra) que hasta entonces habían asumido esta responsabilidad y con los que me mantuve estrechamente vinculada por lo que me podían enseñar y por la necesidad del manejo interdisciplinario de los pacientes..En aquellos tiempos se disponía de escasos recursos antineoplásicos, tanto en nuestro país como a nivel mundial. Solamente existían la mostaza  nitrogenada, la ciclofosfamida, la 6 mercaptopurina y el methotrexate.; actualmente existen más de 150. La mortalidad por cáncer infanto juvenil era elevadísima.

Simultáneamente con estas actividades pasé 6 meses de entrenamiento en el INOR, donde adquirí conocimientos basicos sobre el cancer y accedí a la biblioteca especializada del Instituto que aunque no tenía material muy actualizado fue de utilidad para mí ya que me adentraba en un mundo complejo y desconocido. A mi regreso al Hospital. “William Soler”/Instituto de Hematología me consagré a mi tarea sin dejar mis obligaciones de pediatra. Aprendí mucho de las publicaciones que llegaban al Hospital en revistas extranjeras y me nutrí de la experiencia de mis mentores y de mi práctica diaria. Con esta base redacté las primeras normas de diagnostico y tratamiento en linfomas y tumores sólidos pediátricos que se añadieron a las de Pediatría, que sistemáticamente se renovaban cada 4-5 años para todo el país. Mi interrelación con los hematólogos fue muy fructífera porque esa especialidad está muy relacionada con el cancer infantil, sobre todo en lo referente a leucemias, linfomas y algunos sarcomas. Con ellos aprendí a diagnosticar la presencia de células malignas en la medula ósea y otros aspectos conceptuales y prácticos importantes.

1974: En junio de este año comencé a trabajar en el INOR con el propósito de organizar y dirigir el Servicio de Oncología Pediátrica a petición de la dirección del Instituto de Oncología y realizar la convalidación de la especialidad de Oncología.

Desde 1967 mis objetivos  fueron:

1-Centralizar la atención del paciente pediátrico en servicios especializados en todo el país, eliminando la práctica de ingresarlos en cualquier hospital pediátrico, teniendo como fundamento: 1) El cancer infantil es raro (solamente el 1.5% de todos los nuevos casos anuales, incluidos los adultos), lo que representa un promedio anual de 300 pacientes nuevos menores de 15 años de edad vs. 30 000 adultos en nuestro país.

2) El cancer infantil es muy diferente al de los enfermos adultos, en el que son más frecuentes las neoplasias linfoproliferativas, los tumores malignos embrionarios, los sarcomas y  ocurren excepcionalmente los cánceres epiteliales (carcinomas), que son los  más comunes del adulto (cancer de pulmón, mama, próstata, cérvico uterino, colon, testículo, piel), determinados en gran medida por factores exógenos (tabaquismo, hábitos dietéticos inadecuados, exposición solar, determinadas infecciones virales, pesticidas y otros).

3) El tratamiento oncoespecífico del cancer infantil es diferente al de los carcinomas, su respuesta  terapéutica es más efectiva aunque los regimenes de tratamiento son más complejos e intensos y la sobrevida libre de eventos (SLE) ha ido en aumento exponencial vs. adulto.

4) La atención integral de los pacientes pediátricos requiere estar garantizado por personal médico y paramédico altamente especializado y consagrado.

5) La atención de estos pacientes necesita de un equipo multidisciplinario, apoyado por la dirección de los centros hospitalarios donde estén ubicados.

6) Los centros de cáncer pediátrico no deben ser numerosos, por tratarse de una población de enfermos reducida. En nuestro país funcionan 9, cinco en el interior de la Isla (Pinar del Río, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba) y 4 en la Capital  (Instituto de Hematología, INOR, hospital “William Soler” y hospital “Juan Manuel Márquez”). El mundo desarrollado ha demostrado que con esta estrategia se garantizan mejor los recursos humanos expertos, los materiales y la experiencia.

1987: Se creó el Programa de Control Nacional de Cáncer Infanto-Juvenil, jerarquizado por el PAMI y debimos asumir la dirección del mismo, lo cual fue muy importante porque se logró la unificación de criterios diagnósticos, terapéuticos y organizativos de los 9 centros de Oncopediatría de nuestro país.

1989: Se inauguró un nuevo hospital pediátrico universitario, el “Juan Manuel Márquez”, en Marianao, y fui convocada a organizar su Servicio de Onco-Hematología, que incluye una Unidad de Trasplante Hematopoyético, aun sin terminar, y que cuenta con el apoyo de las 35 subespecialidades pediátricas y otros servicios importantes, entre ellas la UTIP del Hospital.

1990: Asumimos la atención y organización  de los pacientes pediátricos con cáncer procedentes de Ucrania, de las áreas afectadas por el desastre nuclear de Chernobil.

Así puedo resumir que mi vida laboral pues comenzó en el Hospital “William Soler” en enero de 1960, con  la atención del paciente pediátrico con enfermedades infecciosas, parasitarias y nutricionales severas y a la docencia de pregrado (nombrada instructora en 1964) hasta que en 1967  comenzó mi trabajo en la  lucha contra el cancer infanto-juvenil en el Servicio de Hematología, siendo mi mentor el Prof. Dr. Ernesto de la Torre. Desde entonces me he consagrado y tratado de trasmitir esta actitud a médicos y enfermeras de todos los nuevos servicios que se formaban en nuestro país, a los que entrené y/o mantuve una estrecha relación profesional especializada. Cada 5 años hemos confeccionado y actualizado las guías de diagnóstico y tratamiento y las hemos discutido y analizado con los miembros de todos esos  servicios. Como profesora consultante de Oncopediatría he realizado innumerables interconsultas tanto nacionales como internacionales.

He participado en numerosos eventos nacionales e internacionales de nuestra especialidad porque es una vía de dar y recibir conocimientos, de interrelacionarnos con expertos del mundo desarrollado para optimizar la atención del niño cubano con cáncer.
En los inicios de mi vida como oncóloga pediatra podemos decir que inicialmente era muy deprimente la alta mortalidad, por ejemplo los pacientes con LLA apenas sobrevivían, en remisión un año el 20% de los niños y en las no linfoblásticas, todos fallecían en corto plazo. En el resto de las neoplasias malignas la situación era similar.

Con el paso del tiempo se desarrolló en Europa y NA todo lo relacionado con el cáncer infanto-juvenil (conceptos basicos del desarrollo y crecimiento neoplásico, genética, biología molecular, bioestadística, diagnóstico y tratamiento). El desarrollo de la quimioterapia antineoplásica ha sido exponencial, lo que ha logrado el incremento progresivo de la curación de la mayoría de los cánceres pediátricos. La radioterapia y la cirugía también se han perfeccionado. Estos avances científicos los hemos asimilado en la medida de las posibilidades financieras de nuestro país y ya podemos asegurar que la mayoría de nuestros pacientes tienen elevado indice de sobrevida en leucemia, linfomas, sarcomas y otras neoplasias, aunque la lucha continúa para obtener algún día la curación de todos los pacientes, con buena calidad de sus vidas, incorporados a la sociedad como ciudadanos útiles a la comunidad y a sí mismos.

Lo que lamentamos cuando pensamos en el pasado es no haber podido salvar a tantos niños que fallecieron, pero nos alienta los que ya curan, los que nos sorprenden cualquier día ya curados y adultos, como me sucedió con una niña de Campechuela, que traté cuando tenía 5 años por un tumor de Wilms con múltiples metástasis pulmonares bilaterales, que traté a finales de los años 60 con una nueva droga, la Vincristina + la Actinomicina que ya existían, complementarias de la nefrectomía y logré su remisión completa. Pero desapareció de la consulta de seguimiento y creí que había fallecido, pero un día alguien tocó a mi puerta preguntando si aún vivía allí la Dra. Longchong. Le conteste: Si, soy yo. Ella me dijo: yo soy su paciente de Campechuela que usted curó, ya soy ingeniera mecánica y el que me trajo en la moto es mi esposo, ingeniero también nos mudamos para acá por el trabajo de mi esposo. Ella tuvo una hija después, que se llama Claudia. Historias parecidas crecen por cientos y nos impulsan a seguir luchando y enseñando a los demás para que nunca decaiga la esperanza, la ética, el deseo de luchar contra los errores y dificultades que aun persisten y superarlos, trabajar con pasión con los recursos que tengamos. Ya entré hace tiempo en la tercera edad, pues voy a cumplir 80 años próximamente pero continuaré mi lucha hasta mi último aliento.

Dr. Santiago de Jesús Valdés Martín

Filed under: Pediatras célebres — Violeta Ramos García @ 17:58

Síntesis biográfica del Profesor Dr. Santiago de Jesús Valdés Martín

Profesor Dr. Santiago Valdés MartínNació el 21 de Septiembre de 1931 en Pinar del Río, donde cursó la primera enseñanza y  en 1943, a los 12 años, ingresó en el instituto de segunda enseñanza. En 1948 se trasladó al instituto de segunda enseñanza de Marianao donde se graduó de bachiller en ciencias en julio de ese mism año. Estudió Medicina en la universidad de La Habana desde 1948 hasta su graduación en noviembre de 1955. En 1956 comenzó a trabajar en el Hospital Municipal de Infancia, hoy Hospital Infantil “Pedro Borrás”, como médico honorario en la Sala “L”, trabajando así con el Profesor Dr. José Jordán en la primera sala de enfermedades diarreicas agudas de nuestro país y algún tiempo también en la  Sala de Misceláneas de esa institución. En 1959 comenzó a colaborar en la docencia de Pediatría en ese mismo hospital, del cual fue nombrado médico residente en 1960.

A partir de 1956 trabajó también como médico deguardia, en consulta externa y haciendo visitas a domicilio en la clínica pediátrica “Fundación Marfán” del Vedado hasta 1961,  cuando cesa en esa labor al comenzar como docente de Pediatría en la Universidad de La Habana. En ese año fue nombrado instructor graduado de Pediatría de la Escuela de Medicina. En 1962 fue jefe de residentes del hospital infantil “Pedro Borrás”, donde más tarde en 1964 fue ascendido a profesor auxiliar y nombrado especialista auxiliar. A partir de entonces fue jefe de servicio hasta el año 1970 en que se traslada al recién inaugurado hospital pediátrico de Centro Habana. En el hospital infantil “Pedro Borrás” había ocupado el cargo de subdirector en dos periodos diferentes: 1963-1964 y 1966-1969. En dicho centro comenzó la dialisis peritoneal en pacientes pediátricos en el año 1967. Apoyó la docencia de la asignatura Pediatría en su natal Pinar del Río durante 10 meses en 1968.

Al comenzar en 1970 en el hospital pediátrico de Centro Habana lo hizo como jefe de servicio y subdirector docente. En 1971 se le designó jefe del departamento de Pediatría de la escuela de Medicina de la universidad de La Habana por lo cual no pudo seguir al frente de la subdirección del hospital. En 1977 asume nuevamene la subdirección docente al ser nombrado jefe del departamento docente de la facultad No. 1 “Calixto García” hasta 1984, desde ese año hasta 1998 ocupó la responsabilidad de profesor principal de Pediatría de dicha facultad. Fue nombrado también profesor principal de Pediatría del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana en el año 1984, cargo que ha ocupado durante casi 25 años.

En 1981 impulsó la creación del primer servicio de hemodialisis en el hospital pediátrico de Centro Habana. Desde 1988 ha participado directamente en la atención a niños sometidos a trasplante renal, intervención realizada entonces en dicha institución. En el año 1994 organizó y constituyó la red nefrológica pediátrica nacional para optimizar la atención en esa esfera de la salud infantil a nivel de todo el país. En 1996 fue el presidente del comité organizador del I Congreso Ibero Americano de Nefrología Pediátrica y del IV Congreso de la Asociación Latinoamericana de Nefrología Pediátrica. Fue presidente de la comisión nacional de Nefrología Pediátrica desde 1998 hasta el 2004.

El profesor Dr. Valdés Martín ha dirigido todos los planes de enseñanza aplicados en la asignatura de Pediatría en los últimos 25 años. Ha tutoreado decenas de trabajos de terminación de residencia y publicado diversos trabajos científicos en revistas nacionales y extranjeras. Ha escrito temas de la especialidad para muchos textos, una de sus obras más recientes fue justamente la denominada Temas de Pediatría, publicada en el año 2006 por la editorial de Ciencias Médicas y la cual está dedicada especialmente a los estudiantes de Medicina para su rotación por la asignatura de Pediatría.

En 1977 obtuvo por concurso la categoría de profesor titular de Pediatría, en 1981 se le convalidó la categoría científica de doctor en ciencias médicas y en la década del noventa la de doctor en ciencias. Fue nombrado profesor consultante de Pediatría en el año 2001 y recibió el título de profesor de mérito en el 2004.

No hay duda alguna que en su vida profesional el profesor Dr. Santiago Valdés Martín ha abarcado con igual profundidad e intensidad los aspectos asistenciales, académicos y de investigación; pero no puede obviarse la alta dosis de ética que ha caracterizado siempre cada una de sus actuaciones en los tres campos mencionados. En el arte de enseñar ha demostrado ser poseedor de un don especial para la enseñanza teórica y práctica de la Pediatría. Sus conferencias introductorias, metodológicas y magistrales, impregnadas siempre de un profundo conocimiento y de su gran capacidad para comunicarse, constituyen un modelo a seguir para los que aspiren a la excelencia en tan díficil modo de enseñanza, sin postergar su magistral capacidad para obtener siempre el máximo resultado en las actividades prácticas, como pases de visitas y discusiones diagnósticas.

Por todo ello, a él no solo se le considera como uno de nuestros más célebres pediatras, sino un verdadero profesor de profesores y un paradigma de profesional revolucionario en el campo de la salud infantil, que siempre será digno de imitar por las actuales y futuras generaciones de pediatras cubanos y a quien mucho siempre habrá de agradecerle su Patria, a la que ha entregado con absoluta fidelidad lo mejor de sí.

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Autor: Violeta Ramos García | Contáctenos
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