Día Mundial de lucha contra el VIH
El SIDA y el reto de educar
Por MARIBEL PUERTO
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El primer caso detectado en Cuba con VIH/SIDA, fue en los últimos meses de 1985, cuatro años después que la enfermedad infecciosa fuera descubierta por científicos norteamericanos.
Era un cubano que había estado durante dos años en Maputo, capital de Mozambique en África y fue remitido de manera urgente de regreso a la Isla, como un paciente a investigar.
Llegó al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), con pérdida de peso, astenia, anorexia, plaquetopenia, anemia, leucopenia severa y síndrome adénico.
La investigación final dio positivo para él y su amante. La esposa no contrajo el virus. Cuatro cubanos más vinculados con él en Mozambique también estaban infectados. Todos habían mantenido relaciones con una misma mujer africana y ahora la muerte les acechaba…Y no tardó en llevarlos consigo.
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Entre los científicos cubanos dedicados a combatir la epidemia en Cuba durante más de veinte años y quien fuera director del primer sanatorio para seropositivos VIH/SIDA, es el doctor Jorge Pérez Ávila, actual director del hospital del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK).
“La historia del VIH en Cuba hay que verla desde 1986, año en que se confirmaron 99 personas infectadas. Desde entonces y hasta el 25 de septiembre del presente año, se han detectado y atendido 8 949 pacientes VIH/SIDA, de los cuales fallecieron 1 648. En estos momentos hay 3 420 pacientes que han desarrollado la enfermedad del Sida; el resto son seropositivos, es decir, tienen el virus pero no han desarrollado la enfermedad”, nos dice el destacado investigador, quien además fuera en 1983 uno de los fundadores de la Comisión Técnica Nacional que se creó en Cuba para enfrentar aquello que surgido como entidad clínica en la comunidad de San Francisco y Nueva York, denominaron Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.
“Antes decir Sida era simplemente muerte”, aclara el doctor Pérez Ávila. “Ahora hay que verlo de otra manera. No hay cura, pero podemos alargar esas vidas, siempre que los pacientes asuman con seriedad los tratamientos que tenemos. El país produce y garantiza el 75% de esos medicamentos”.
El experto explica que los tratamientos son combinaciones de drogas antirretrovirales y que precisamente el efecto que hace la terapéutica disminuye los casos de fallecidos, es decir, aumenta la prevalencia. Sin embargo, se molesta cuando dice: “Nuestro problema está en que hay personas que no hacen el tratamiento como debe ser, y desafortunadamente, cambian de esquema. Entonces viene la resistencia antiviral, vienen los problemas con su salud y después la muerte. Por encuestas que hemos hecho, el 2% de estas personas han abandonado el tratamiento, en una nación donde todo se les entrega de manera gratuita”.
El científico reconoce que el dilema es difícil porque en él influyen factores individuales y pone ejemplos: “Tomar medicamentos para toda la vida no es fácil, el nivel cultural de cada individuo, el no tener una pareja estable ni una familia que lo apoye y sobre todo, que a veces se paran frente a un espejo, se ven bien y no son capaces de comprender su realidad. Y creen que se curaron”.
SIDA EN CUBA
En Cuba, todos los medicamentos, además de ser gratis, se ofrecen bajo regulaciones certificadas. Son muy costosos tanto los que se producen como los que se adquieren a través del Fondo Global. El doctor Jorge Pérez Ávila una y otra vez reitera: “Las tabletas y los tratamientos se llaman VIDA”.
Según pudimos informarnos en diálogo con el galeno, en Cuba la infección por VIH aumenta. Respecto al tema aclara: “Es pequeño comparado con el de otros países, pero aumenta… Como nuevo, tenemos ahora que aparecen casos de más de 30 años de edad y por otra parte, continúa siendo el grupo de población más incluida, el de los hombres que tienen sexo con otros hombres.
“La principal fuente de transmisión es el sexo desprotegido. No se usa el condón en la mayoría de los casos por prejuicios. También está el bisexualismo, ya que el 79% de las mujeres infectadas, lo han sido por hombres que tuvieron sexo con otros hombres”.
Prevención, prevención… es una constante en el vocabulario del doctor Jorge Pérez Ávila, quien al concluir el encuentro dijo bien alto: “Hay que continuar con el reto de educar. Y aclaro, no significa dejar las relaciones sexuales, simplemente hacerlas y disfrutarlas de manera responsable”.
Doctor Jorge Pérez Ávila
Este nombre funciona como escudo, garantía, esperanza, tanto en el ámbito del hospital del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), como en otras dependencias del sistema de salud que atienden a las personas infectadas con el SIDA.
Hombre de pequeña estatura, que habla arrastrando la erre, y ha dedicado más de 20 años de su vida al combate contra la mortal pandemia.
Durante once años (1989—2000), que de manera simultánea a su cargo en el Instituto Pedro Kouri (IPK), dirigió también el primer sanatorio para pacientes de VIH/SIDA, en Santiago de las Vegas, La Habana, y le sirvió para reducir las distancias entre médico y paciente.
Durante el periodo que dirigió el sanatorio de Santiago de las Vegas, impulsó transformaciones que mejoraron las condiciones de vida de quienes allí vivían. Incorporó al colectivo médico a los pacientes graduados de especialidades de la Salud, consiguió la continuidad de los estudios universitarios de jóvenes seropositivos, sentó las bases para lo que después sería el sistema de atención ambulatoria.
Fue miembro de la Asociación de Jóvenes Rebeldes y escalador de los Cinco Picos, alfabetizador en la Sierra Maestra, (en el oriente de Cuba) aprendiz de aviador, miliciano movilizado durante la invasión mercenaria por Playa Girón, dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana y uno de los mejores graduados de su curso en 1973.
Pero el giro en su vida como médico, luego de la especialidad en farmacología clínica y una maestría en Canadá, llegó a mediados de 1979. Una carta del rector de la Universidad le anunció que empezaría a prestar servicios en el IPK.
Aprendió en tiempo extra técnicas de laboratorio, cursó estudios en dos prestigiosos institutos de Inglaterra y cinco universidades de Estados Unidos, y finalmente conoció Angola.
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Fuente: CubAhora.cu
http://www.cubahora.cu/index.php?tpl=principal/ver-noticias/ver-not_ptda.tpl.html&newsid_obj_id=1022871
30/Nov/2007 |